Carta a mi ex, o ¿A mi misma?


Hoy por fin enterré tu foto, hoy acepté qué se terminó.

Algo qué no me dejaba ser libre, es este sentimiento de culpa que llevaba en el alma, esté sentimiento entre todo lo que pude haber hecho y no hice, es esa sensación de que era tan fácil y no podía verlo.

Es ese coraje conmigo misma de que no hice lo suficiente para que todo funcionara, es este miedo de que nadie me ame y me haga sentir lo que tú lograbas en mí, esa sonrisa, ese brilló en los ojos que tenía.

Este miedo es el qué me ha tenido atrapada durante meses, pero hoy, hoy me senté a charlar conmigo, a poner las cosas en la balanza.

Hoy acepto que me encanta cargar mochilas ajenas, sentirme culpable por todo me ayudaba a tener una mejor imagen de ti, porqué claro, si yo tengo la culpa de que tú seas un cabrón, entonces es mucho más fácil volver a perdonarte si vuelves.
Porque claro, aunque le diga a todo el mundo que ya no me importa, no hay noche, día, momento en que haya dejado de esperarte, Porqué hablar es fácil, pero creerte las cosas es lo difícil.

Hoy no he dejado de aceptar mis responsabilidades, pero ya no son culpas, acepto que mi amor fue inmaduro lo cual me hacía dependiente de ti y eso te asfixiaba.
Pero también volteo a mirar los recuerdos y acepto qué tú no eras ese príncipe que yo construí en mi mente, hoy te humanice, te vi cómo al hombre al que le deposite mi confianza y de un golpe la destruyo.

Hoy entendí que yo tomé tus palabras como Valiosas, como si todos tus reclamos los hicieras para que creciera, pero no, no era así, no fueron de alguien que me amará, sino de alguien a quien yo no le importaba y solo quería lavarse las manos de la culpa.

Hoy te devuelvo tus reclamos, quédatelos, yo me quedo con lo mío, te dejo con lo tuyo.
Porque hoy aprendí que mi felicidad No puede, NO debe depender de alguien más, que, si quiero que alguien me baje la luna y las estrellas, esa debo de ser yo.
Hoy aprendí que no importa cuán caballero, amable y tierno seas, también posees tus demonios.

Y según las estadísticas, es muy probable que algún día regreses, cuando el miedo te muerda, cuando te sientas sólo, cuando la vida te pase la factura. Pero es solo eso, si vuelves será porque no supiste que hacer con tu soledad, pero no lo harás por amor a mí, y prefiero que no lo hagas y sí es así, quiero estar lo suficientemente fuerte para no volver.

Hoy quiero perdonarte, porque quiero poder soltar para seguir mi camino, Porqué gracias al daño que te permití hacerme hoy soy más fuerte y quiero luchar por mí, vencer mis miedos y creer en mí, porque si no lo hago yo ¿Quién lo hará?

Recuerda que cada dolor y experiencia nos sirve para crecer y como dice Jodorowsky; el dolor está aquí para recordarnos que estamos vivos.

Y como me dijo un amigo, recuerdo que hasta de la mierda se saca el mejor abono.
Así que por favor siempre, siempre empieza de nuevo, no dejes de confiar y de creer porque, así como elegimos a quienes nos lastimaron, también elegimos a quien nos acepté y nos amé como somos, sin juzgarnos, culparnos ni criticarnos.

Pero primero, tienes que amarte, porqué recuerda que uno obtiene en la vida lo que creé que merece.


Se como el ave fénix y renace de tus cenizas cada que sea necesario, finalmente te dejo un vídeo de lo que aprendí del desamor:




Comentarios

  1. Que doloroso lo que pasa
    Pero que bonito lo que sucede despues de eso
    Yo e aprendido mucho de tus escritos y tus post
    Gracias por escribir tan alentadora

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Estoy entre mis ganas de tener pareja y amo mi soltería.

11 frases de Mario Benedetti para un corazón roto

Divorciada, sola y feliz