Cómo seguir adelante cuando sólo quieres rendirte






No nos engañemos: la vida puede ser muy dura.

Hay desesperación. Problemas que no tienen una respuesta fácil. Pérdidas que te rompen el corazón. No saber qué pasará…

Esos son los motivos que nos llevan a tener dudas sobre cómo seguir adelante y, al final, querer rendirnos cuando todo parece perdido.

Sé lo que es sentirse sola e indefensa al encontrarte con problemas que van a acabar con tu vida, o tener que decir adiós a alguien cuando menos te lo esperas.

Y también sé que por muy fuerte que seas, a veces la presión es tan grande que sólo puedes quedarte paralizado mientras te hundes cada vez más y más.

He pasado por situaciones en las que sólo quería rendirme, no hacer nada, y me daba igual lo que pasase con mi vida.

Pero también a veces sentía un deseo en mi interior que me decía que debía seguir luchando y salir adelante.

Fue ahí cuando me di cuenta de que para esas situaciones en las que necesitas un impulso que te haga salir del hoyo, debes seguir una serie de pasos que te ayuden a moverte de nuevo y recobrar tus energías perdidas.
7 consejos para seguir adelante cuando sólo quieres rendirte


1. No quiero que te rindas


En algunos de mis peores momentos no tenía a nadie a mi lado para decirme no te rindas, ¡tú puedes salir de esto!” y empujarme a mantenerme fuerte a pesar de mis problemas.

Sé que tú y yo no nos conocemos en persona, pero quiero que sepas que aquí tienes una mano amiga que no te va a dejar rendirte.

Estoy segura de que durante todos estos años has superado muchas otras situaciones negativas y has seguido adelante; y, aunque tú y yo nunca hemos hablado en persona, no voy a dejar que ahora tires la toalla.

No lo hago para sentirme mejor conmigo misma o motivarme, sino porque creo que el mundo ya está lleno de demasiadas desgracias como para no ayudarnos los unos a los otros aunque sea de manera virtual.

Así que antes de rendirte, déjame un comentario aquí abajo o mándame un mensaje a través de mis redes sociales. Tú me importas y no voy a dejar que abandones.

2. Recuerda tu pasado

Siempre debes recordar los momentos de tu pasado en los que has sentido miedo antes. Esas épocas en las que estabas tan angustiado que era difícil salir de la cama o tener un solo pensamiento positivo.

Has pasado por épocas muy duras, pero aquí estás. Lo has superado, las heridas te han hecho más fuerte, y has seguido adelante con tu vida.

Si lograste superar esas situaciones, ahora puedes volver a conseguirlo de nuevo.


No hay obstáculo o problema al que tú no puedas enfrentarte y salir victorioso si crees en ti y en todo el potencial que hay en tu interior.

3. Imagina lo mejor que puede pasar

Ante los malos momentos, es normal que los seres humanos nos veamos tan abrumados por la situación que pensemos en qué es lo peor que podría pasarnos.

El problema de tener ese tipo de pensamientos negativos es que así sólo conseguimos paralizarnos por el miedo, y no hacer nada para salir de ese agujero en el que estamos.

Durante mucho tiempo yo también era así: gastaba todas mis energías en imaginarme situaciones peores, en quejarme y lamentarme por lo que me estaba ocurriendo.

No me sirvió de nada.

Sólo malgasté mi tiempo, y me hice daño hasta que un día me cansé de tratarme a mí misma como a una basura.

En ese instante, en vez de pensar que no podría seguir adelante con mi vida, comencé a imaginar todas las cosas buenas que estaban por venir si me atrevía a perdonarme a mí misma y a luchar por salir de ahí.

Y eso es lo que consiguió darme el impulso que necesitaba para recobrar mis fuerzas de nuevo.

Cuando te encuentres en un momento bajo en el que pienses que nada puede salir bien, cambia tus pensamientos e imagina todo lo bueno que puede pasar una vez que hayas superado tus problemas.

Piensa en todos los caminos que puedes seguir, en las nuevas personas que mejorarán tu vida y que te quedan por conocer, en todas las experiencias bonitas que te quedan por vivir.

No te rindas porque todavía te queda un maravilloso camino por recorrer en tu vida lleno de sorpresas.


4. Date un respiro

Pensar constantemente en los problemas que no te dejan seguir adelante, y obsesionarte las 24 horas del día con encontrar una solución, es lo peor que puedes hacer.

Con eso lo único que lograrás es agotarte física, mental y espiritualmente.

Cuando te enfocas tanto en una situación así, lo que haces es poner todos tus pensamientos y tus fuerzas en superar ese reto.

Pero a la vez, estás gastando también todas tus energías sin darte tiempo a descansar y renovar tus fuerzas.

Por eso es tan importante que te des a ti mismo una oportunidad de tomarte un respiro, pasar un tiempo solo y darte tiempo para recobrar las energías que necesitas para seguir luchando.

5. Utiliza rituales para recobrar tus fuerzas

En mis momentos más duros, hice una serie de rituales que me ayudasen a volver a confiar en mí misma, a recobrar mis fuerzas, y a devolverme la motivación que me faltaba.

De hecho, hoy en día los sigo utilizando cada vez que tengo que enfrentarme a un reto en mi vida, o cuando siento que necesito una ayuda extra para superar un obstáculo.


Los hábitos que mejor me funcionan son leer frases inspiradoras para momentos difíciles cada día, ver vídeos motivacionales en YouTube, hacer dos o tres sesiones de yoga a la semana, y escuchar por la noche audios de relajación.

Haciendo este tipo de rituales conseguí equilibrar mis pensamientos, ver mis problemas desde una perspectiva más optimista, y darme la confianza que había perdido en mí misma.

No es necesario que tú practiques las mismas costumbres que utilizo yo: busca tus propias rutinas que calmen tu mente y te hagan más fuerte.

Si leer frases motivadoras te inspira, ¡genial! Pero si en vez de hacer yoga o ver vídeos prefieres caminar por un bonito parque, escribir en tu diario, o pensar en todos los planes que tienes para el futuro, hazlo.

Es importante que encuentres rituales que se ajusten a lo que a ti te gusta, y sobre todo que te hagan sentir esperanza en tu interior.


6. Vive en el presente

El mayor motivo por el que ante un problema sientes que no puedes seguir adelante, y sólo quieres rendirte, es porque piensas más en el pasado y en el futuro que en el presente.

Empiezas a recordar cómo estaban las cosas antes, y a compararlas con tu situación de ahora.

Te imaginas a ti mismo dentro de 4 o 5 años con el mismo problema que tienes ahora, y eso sólo hace disparar tu ansiedad y tu angustia mucho más.

Sin embargo, los malos momentos no se resuelven así: se solucionan pensando en el presente.

Haciendo una sola cosa a la vez, viendo qué es lo que puedes hacer hoy, no mañana ni dentro de un mes.

Tu futuro no llegará de golpe, sino que pasarán días y semanas hasta que llegue. Y ahora lo que debes hacer es vivir este día y pensar en las soluciones de hoy.

7. Nada es para siempre

Lo más terrible de los momentos difíciles es que se sienten como si fuesen a durar para siempre. Pero lo cierto es que nada dura por siempre, incluso las emociones más horribles o los peores problemas.

Si recuerdas esto cada vez que quieras rendirte, te ayudará a ver con más claridad las cosas y te dará fuerzas para seguir adelante incluso en tus peores momentos.

Sean cuales sean los problemas que tienes ahora, mantén tu fe en ti mismo y en que puedes superarlos.

Tus momentos más difíciles harán que seas una persona mejor, y te conducirán hasta tus éxitos más grandes.

Pero debes confiar en ti, seguir adelante, y no rendirte nunca. Recuerda: ¡un mal capítulo en tu vida no significa el final de tu historia!

Fuente: Gananci.com

Comentarios

  1. Gracias te escribo para contarte que si están difícil sacar de mi mente y de mi vida todas y cada una de las cosas que vivi junto a esa mujer y que verdaderamente estoy claro que todo eso solo me hace daño y lucho día a día para superar el desamor y aunque en días me sobrepasan los sentimientos encontrados decidí seguir adelante con mi vida gracias por tus palabras y espero sigas ayudando a tantos que como yo pasan por esta situación y se que esto también pasara...

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