Despedirse de quien te hizo daño siempre es costoso.






La vida se basa en etapas. Todo tiene un principio y un final. Todo es un cambio constante. Por ese motivo mientras avanzamos debemos abrir nuevas puertas y explorar nuevos caminos. Y para ello es totalmente necesario cerrar puertas, y dejas atrás el camino recorrido. Es decir, cerrar etapas. No aceptes el miedo a decir adiós, y busca la felicidad.


Todos los “adiós” son dolorosos.

Todos cuestan horrores, pero debemos aceptar los cambios. No podemos dejar las cosas en pausa por si acaso. Eso nunca funciona. Aunque esa decisión nos angustia y nos aterra, nos pone delante de todo un mundo de posibilidades, donde el pasado ya no tiene su lugar. El futuro es tuyo y hay que dejar atrás todo aquello que nos retiene. No dejes que nada del pasado detenga tus alas. No permitas que el miedo a decir adiós te estanque en el sufrimiento.

El miedo a decir Adiós

No atreverse a decir adiós es una ventana totalmente abierta al dolor, a la angustia, y la tristeza. Cuando algo tiene que cambiar debes hacerlo, porque si no ese daño siempre vivirá en ti. Cuando debemos desprendernos de todo aquello que nos duele, lo mejor es respirar hondo, y dejarlo ir. Si intentamos prolongar ese hecho nuestro dolor seguirá aumentándolo. Por ese motivo hay que respirar y soltar todo lo malo de nuestra vida.

Despedirse de quien te hizo daño siempre es costoso. Nuestras ataduras emocionales en estos casos son muy fuertes y arraigadas. No es fácil cerrar puertas donde el corazón está presente. Pero siempre es mejor sentir un dolor intenso durante un tiempo, que estar viviendo siempre con quien te hiere y te hace daño.

Es un acto tan difícil que antes de dar el paso, optamos por mantener a nuestro lado a quién nos hace daño por miedo a sufrir más con su ausencia. Nos conformamos con eso, aunque nos produzca sufrimiento. No conocemos otra cosa, ni otros sentimientos. Y nos aferramos a ellos. Por ello no nos atrevemos a decir adiós.

¿Pero sabes qué? Al final, cuando has tomado la decisión de soltar todo aquello que te hace sufrir, llegará el día que mires atrás y comprendas que tomaste la mejor decisión posible, aunque ello te dio mil y un días con sus noches de llanto y dolor. No podemos ser felices si llevamos a cuestas todo aquello que nos duele.

Piensa que cuando te decidas a decir adiós a todo lo malo, todo lo bueno podrá abrazarte de nuevo. Podrás encontrar nuevas personas que te llenen. Nuevas experiencias que disfrutar, y un nuevo horizonte que explorar. Suelta para poder coger todo lo bueno que tiene que ofrecerte la vida. Abandona el miedo a decir adiós.¡Atrévete!

Haz balance

No estamos acostumbrados a pensar en nosotros mismos. Somos capaces siempre de estar pendientes de las necesidades de los demás, pero nos cuesta horrores hacer caso a nuestras propias necesidades vitales. Por ese motivo debemos hacer el difícil ejercicio de hacer balance de todo aquello que nos hace bien y de todo lo que nos hace daño. Para ello debemos:

  • Buscar la tranquilidad y el silencio necesario para escuchar nuestra voz interior, y poder reflexionar de todo aquello que necesitamos para ser felices. Investigar cuales son nuestros sueños, nuestras metas y nuestros anhelos. Hacer un balance de todo esto y de lo que ya tenemos.
  • Abandona el ruido y escúchate. Empieza a tomarte en serio, y date la importancia que mereces. Debemos valorar como nos sentimos y que debemos cambiar para vivir plenamente.
  • Pon en una balanza quién y qué te roba una sonrisa cada día y quién hace de tu vida un tormento. Debes elegir qué quieres para ti y para tu vida.
  • Toma decisiones. Tú decides con quién o con qué te quedas. Es tu vida. Son tus elecciones.

Comentarios

  1. Estoy con esa difícil tarea....hay Dios dos personas que me han hecho daño y se repiten esos daños....para mi es traumático decir adios por lo que explicas del temor

    ResponderBorrar
  2. Creo k sin ayuda no podré nooo tengo k buscar ayuda o...

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Estoy entre mis ganas de tener pareja y amo mi soltería.

11 frases de Mario Benedetti para un corazón roto

Divorciada, sola y feliz