En realidad ¿Vale la pena luchar por tener otra pareja?
Si estar solo o sola a veces es lo más saludable ¿para qué esforzarse? ¿Pueden aportar las parejas algo que en realidad valga la pena?
Bueno… depende. Depende de lo que cada uno vea como valorable. En lo personal, considero que la realidad puede superar la ficción, en este caso. Pues, lo que una pareja puede aportar es mucho mejor que la ilusión mentirosa de ser “felices para siempre”, “haber alcanzado todo en la vida”, “vivir el uno para el otro” y otros emergentes bastante patológicos.
Indudablemente las parejas aportan muchas cosas a nuestra vida. Lo que voy a escribir a continuación no pretende ser una enumeración taxativa, ni mucho menos. Pero, quisiera enumerar algunos factores en común que he notado en las parejas cuando se desenvuelven más o menos erotizadas , es decir más o menos del lado de la pulsión de vida .
- Ampliación de la red de vínculos, en lugar de su sustitución: Quienes trabajamos en género, sabemos que las escaladas de violencia hacia la mujer han ido empeorando con el progreso de la propiedad privada. ¿A qué se debe? A que cuando un vínculo es patológico, intenta hacer justamente lo que hizo la propiedad privada, cortar con los lazos con otros volverse “una sola cosa”, hacer todo juntos, “contra el mundo”.Las buenas parejas, en lugar de cortar los vínculos con los amigos, las familias, los colegas, ayudan a ampliarlos. La historia de Romeo y Julieta puede parecer muy bonita, y en realidad es el arquetipo de una relación que corta con cualquier vínculo que no sea el de pareja. De esta manera, se crea una codependencia emocional.Las buenas parejas, no intentan encerrar sino formar una comunidad más grande. Debiera prenderse una luz en quien recibe la advertencia de una pareja al estilo “no me gusta que vayas con esas pibas, son todas locas” o “no quiero que juegues al fútbol con tus amigos”. Quien intenta encerrar al otro, probablemente busca escapar de una terceridad (otros que vean las realidades fuera de la pareja), que opine ante una situación de daño. Por el contrario, las buenas parejas intentan integrarse al círculo del otro, e incluirlo en el propio. (“No estamos perdiendo un hijo, estamos ganando una hija”, dicen los suegros buenos)
- Disfrute de los logros de otro: Es importante comprender, que en todas las parejas, en tanto pares, habrá algo de competencia. Quien diga que no, está mintiendo. Algo suele colarse de nuestra naturaleza tanática y egoísta de no bancarse que el otro “sea más que uno”. Sin embargo, los amores sanos logran superar este sentimiento, aunque siempre quede un resabio de él. Subliman estos impulsos, hacia un lugar en el que pueden ver el arte en las expresiones del otro. “Verlo hacer goles es como ver a una bailarina”, decía una paciente acerca de su esposo. También, con el afianzamiento de la pareja empiezan a jugarse cosas del propio narcisismo. “Esa es mi mujer”, “ese es mi marido” son expresiones que empiezan a aparecer, pero…pueden encerrar la trampa de empezar a enamorarse más de los logros de ese sujeto que del sujeto en sí…algo ligado al exitismo del que hablábamos en la columna anterior… Una mala pareja intenta boicotear los logros. Una buena, intenta disfrutarlos.
- Erotismo, más que genitalidad: Lo que una pareja puede ofrecer en torno al sexo es ese “plus” que transforma el sexo en un acto ligado al amor. Pero…esto generalmente se logra dar en un contexto de falta. Si alguien está teniendo un romance desde su potencia, desde mostrarse, desde la imagen y desde el ofrecerse como alguien entero, el sexo se volverá un acto vacío, que no tiene que ver con el vínculo, sino con una mera descarga pulsional. El erotismo está ligado a poder ofrecer la falta. Lacan decía “las relaciones sexuales no existen”, se refería a que esto que parece como lo culmine en una pareja, no es tal. Pero, la intimidad emocional que tiñe al acto sexual con “otra cosa”, se encuentra estrechamente ligada a poder mostrar la falta, “la hilacha”, la vulnerabilidad. Desnudar el alma además del cuerpo. Alejandro Dolina dijo una vez en un programa de cómics de Juan Sasturain: “Nadie que se resista a ser derrotado, puede ser un sujeto de deseo. Pero qué digo un sujeto…ni siquiera puede ser un objeto de deseo”. Y Jorge Drexler se haría eco de esta posición feminizada de amor cuando dice: “No necesito contarte que ya perdí la mesura, que ya colgué mi armadura en tu portal”.
- Ampliación cognitiva: Los buenos amores además de dar placer en el corazón y el cuerpo, ayudan a la cabeza. Ayudan a flexibilizar el pensamiento. La zona de confort ha sido definida por diferentes autores. Podríamos simplificarla como los esquemas de pensamiento que nos permiten estar confortables, pero que siempre incluyen un sesgo importante de la realidad. Todas nuestras interpretaciones de la realidad son acotadas. Siempre habrá cosas de la realidad que se nos escapan.
Pues bien, las buenas parejas propician “cambios de paradigma” en el pensamiento. Muchas veces, peleas y discusiones de por medio, ya que como todos sabemos, los cambios de paradigma suelen acarrear crisis. De esto se hacen eco, por lo general los amigos o amigas de la persona. A fin de ilustrar este punto, voy a relatar una especie de fábula, muy estereotipada (la realidad nunca es tan así) y es únicamente a fines ilustrativos.
Pero, ahí va una fábula a fin de entender este punto:
Una profesora de historia, crítica acérrima de la cultura de la imagen elije como compañero al profe de educación física que trabaja en su mismo colegio. Del lado de ella, su círculo más próximo criticará sin piedad al flamante novio. Le dirán que está con alguien superficial, que debería darle vergüenza darse con gente tan hueca, etcétera.
Los amigos de él, a su vez, resentidos por haber sido toda la vida los inquietos del curso, tampoco se quedarán atrás con las críticas. En su mayoría no trabajan en colegios sino en centros de salud y gimnasios, por lo que poseen una moral de la estética bastante férrea.
Le dirán que cómo puede estar con esa “gorda” (aunque no lo sea, si no va al gimnasio todos los días para ellos será gorda), que se volvió un nerd, etc., etc.
Este es un ejemplo exagerado, bastante exagerado. También hay profes de historia que se entrenan todos los días y profes de educación física que no hacen nada.
Pero todos solemos tener estereotipos acerca de quienes no piensan como nosotros, siempre habrá puntos en los que tengamos diferencias con nuestra pareja, por más que no sean tan disímiles como los del ejemplo. Esas diferencias el hecho de poder escuchar otros puntos de vista, pueden ayudarnos a crecer y ser más inteligentes, porque integramos a nuestra realidad conceptos que estaban por fuera de nuestra zona de confort. Los buenos amores, rompen esquemas de pensamiento anteriores.
- Reedición edípica: Uno de los descubrimientos de Freud, fue que elegimos personas con algún rasgo, alguna veta, semejante a nuestros progenitores. Lo que también tomamos es algo de ese rol o de ese vínculo. Freud decía que las elecciones objetales de pareja “sanas” eran hombre protector y mujer nutricia. Hoy sabemos que no son necesariamente estos, sino rasgos particulares con los que gozamos con nuestros padres. Pues bien, una de las ventajas de las parejas es que logran realizar algo de esos deseos infantiles de casarnos con nuestra madre o nuestro padre. Esos deseos prohibidos retornan metaforizados en el otro. De allí que el amor sea parecido a los síntomas. Uno puede obtener afectos, no iguales pero parecidos a los que sintió en la más tierna infancia, cuando éramos puro ello, seres totalmente inconscientes. De allí que el amor a veces nos vuelva algo irracionales, como lo fuimos en aquel momento.
Fuente: sicologiasinp.com
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