Técnicas para el desahogo emocional





No podemos negarlo, a veces evitamos el desahogo emocional. Es más fácil callarse y volver el rostro. O sencillamente, intentar pasar página aferrándonos con fuerza a la cotidianidad para intentar olvidar. Para intentar no pensar.

Pero las emociones no se disuelven sin más como el humo escapando por una ventana abierta. Las emociones se acumulan y nos hieren en silencio. Se convierten en espectros internos capaces de dañar nuestro cuerpo y nuestra mente, espectros sin forma definidos a través de nuestras experiencias, nuestros fracasos, desilusiones o pérdidas. Nadie queda libre de su influencia.

Hoy quiero hablar de como desahogar las emociones y además de como hacerlo de forma sana y liberadora. Un tema que para mi es muy importante y la base del bienestar de todas las personas.

Si os fijáis bien, solemos ir muy tensos por la vida, conteniendo todo tipo de emociones sin saber bien como liberarlas. Nos han dicho que no se deben reprimir y también que no es bueno que las expresemos abiertamente. Y con todas estas dudas vamos por la vida como un cajón confuso de sentimientos sin resolver.

En lo que sigue voy a dar algunas pautas para entender el proceso del desahogo emocional. Dejando bien claro, eso si, que no es un tema fácil y que aquí no sirven recetas mágicas o técnicas maravillosas para hacer en casa. Lo siento, tal vez este no sea el post de autoayuda que estabas esperando…

Empecemos primero aclarando que es esto del desahogo emocional.
TIPOS DE DESAHOGO EMOCIONAL

Cuando hablamos de desahogar las emociones, las personas solemos entender diferentes cosas. Es en realidad un termino algo confuso que necesita ser aclarado. Por tanto, podemos hablar de 3 tipos o formas de desahogo emocional. Eso si, solo la tercera forma es realmente liberadora, mientras que las dos primeras mantienen la tensión interior como podrás ver:


1) VERBORREA Y DESCARGA DE NUESTRAS OBSESIONES MENTALES.




Es cuando cogemos a otra persona por banda y la soltamos todas las preocupaciones repetitivas que tenemos en nuestra cabeza. Es un intento de liberar toda la tensión psico-emocional a base de vomitarla al otro. Normalmente no da resultado, ya que el emisor no suele buscar una solución valiente, y el interlocutor no tiene la capacidad de escucha activa, ni las ganas de aguantar toda esta locura. El resultado es una aparente liberación que esconde un ahogo aún mayor, junto con el estrés del receptor.


2) EXPLOSIÓN EMOCIONAL MÁS O MENOS VIOLENTA.



Es cuando no podemos contener y controlar nuestras emociones y estallamos. La experiencia más clara es con la rabia. Es una forma de secuestro emocional, aunque en este caso la persona se da permiso para ello con la creencia de que hay que soltar todas las emociones para “desahogarse” y así evitar reprimirlas (e incluso enfermar). Y esto por descontado suele traer muchos problemas a las personas a su alrededor. Lo que suele pasar es que se permite soltar abruptamente algunas emociones, mientras que otras las mantiene escondidas.



3) EXPRESIÓN Y ALIVIO DEL DOLOR, LA TRISTEZA O LA FRUSTRACIÓN.
Es cuando siento en mi cuerpo la tensión emocional y el mismo cuerpo me libera la carga. Puedo romper a llorar, gemir, gritar, patalear o reír para liberarme, sin necesidad de crear violencia hacia nadie. Estos son mecanismos fisiológicos naturales en el ser humano que tenemos a nuestra disposición. La duración de esta forma de desahogar las emociones suele ser muy breve. Y al contrario de las otras dos formas anteriores, esta es realmente resolutiva cuando se vive en toda su sensibilidad. Es fácil diferenciar estas 3 formas, ya que esta última es una expresión emocional saludable y espontánea. En cambio la explosión emocional suele ser una pauta neurótica aprendida desde la infancia, que no consigue liberar la emoción auténtica y en cambio trata de liberar una emoción secundaria. Mientras que la verborrea suele ser más un juego mental que una adecuada liberación emocional.

 




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