Deje de mendigar en los demás el amor que no me tenía a mí
Cuando iniciamos un duelo, entramos
en la negación, nos negamos a aceptar que el amor se terminó, buscamos todas
las formas de lograr que nos quieran, conforme pasa el tiempo y nos damos cuenta
que no tiene resultados vivimos en angustia, y muchas veces culpamos al otro
por dejar de querernos.
Cuando estaba en medio de mi duelo,
no podía dejar de sentir coraje, mucha tristeza y melancolía, de repente sentía
que había perdido muchos años al lado de alguien que no me amaba, que no me
había valorado y ahora con su indiferencia me hacía tanto daño.
Un día en medio de mi dolor leí la
carta de una chica que hablaba de su aprendizaje; decía que se había dado
cuenta que en realidad su ex pareja no le debía nada que no tenía por qué
odiarlo y que al final todo lo que paso fue consecuencia de la falla de ambos. Entonces
entre en conflicto, dije: ¡¿Cómo?!; proyecté mi enojo y dije: ¡Esa tipa no sabe
nada! Y recuerdo haber llorado un rato.
Después de un tiempo, de haber
escrito mil veces lo que sentía y releer mis cartas me di cuenta que en
realidad ella tenía mucha razón, pero estaba tan enojada con él por haber
dejado de quererme que solo podía centrarme en ese sentimiento.
Y es que después de un tiempo,
comienzas a crecer, a mirar desde el fondo de ti, a darte cuenta que todo lo
que te ocurrió fue consecuencia de tu falta de amor, te das cuenta que muchas
de esas carencias las tenías desde antes incluso de tener a esa pareja, pero
las cubriste en esa relación, te das cuenta que por más que quieras a alguien
sino te amas a ti mismo es muy probable que le des permiso a los demás de
lastimarte.
Porque con ese afán de sentirte
amada, de sentir lo que tú mismo no has logrado sentir en ti, PERMITES TANTO,
te engañas tanto, depositas tu felicidad en las manos de alguien más que cuando
ese ciclo termina no sabes ni donde estás parado y pierdes el sentido de tu
vida.
Un día de pronto descubrí esto, lloré
por mí, por todo lo que había dejado atrás, por todos mis sueños rotos, de los
cuales mi ex pareja no era responsable, la única responsable era yo. Entonces
tomé mi maleta, agradecí a mi familia por haber cuidado de mí en esos momentos
de tristeza y me fui.
Pase de todo, momentos de profunda soledad
y tristeza, hambre, recuerdo que no tenía ni internet, pero tenía algo que no
tenía antes, TENIA FE EN MÍ. Increíblemente conseguí trabajo muy rápido, empecé
a crecer profesionalmente, a tener estabilidad y fue entonces cuando deje de
necesitarle. Solo así me di cuenta que buscaba en él, así como en otros, esa
seguridad y estabilidad que yo no había podido darme a mí misma; en ese momento
cuando pude comprenderlo me prometí a mí misma:
DEJAR DE MENDIGAR
AMOR EN LOS DEMÁS Y DÁRMELO YO SOLA.
Solo así puedes compartir lo que
tienes y lo que eres con los demás, siendo un ser completo sin buscar
relaciones por necesidad.
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