Estafador sentimental: Cuando tu pareja te roba tu dinero.

Imagen relacionada


Miriam creyó conocer a su príncipe azul en 2013. Físicamente no era su tipo, pero la conversación compensaba cualquier exigencia superficial. Compartían intereses comunes y su vida era fascinante: había trabajado en El Bulli, vivía de forma intermitente entre Suecia y Barcelona y se movía entre artistas y tatuadores de la ciudad condal. 

Lo que esta joven desconocía por aquel entonces es que se iba a enamorar de alguien que decía ser pero nunca fue. La persona que la deslumbró primero en Badoo (app de citas) y más tarde con cada encuentro idílico era un estafador sentimental de libro. Miriam –que en verdad no es Miriam, sino un nombre falso para preservar su identidad– solo era para él una víctima a la que seducir por fines económicos. Y ni mucho menos era la primera vez que lo hacía. 

Al menos 72 han sido las mujeres a las que el gallego Rodrigo Nogueira ha engañado desde 1996, y a día de hoy sigue actuando. Su caso vuelve a estar de actualidad a raíz de la detención a finales de marzo y posterior puesta en libertad de otro Don Juan estafador, Albert Cavallé, con más de 30 víctimas y 40 denuncias en el currículum. Son los dos casos más mediáticos en España. 

Parásitos y emocionalmente planos

"Son manipuladores, egocéntricos, narcisistas y emocionalmente planos. No tienen remordimientos", desgrana sobre la personalidad de estos delincuentes, con claros rasgos "psicopáticos", el psicólogo criminalista Jorge Jiménez.

"Aprenden a relacionarse con los demás como si fueran huéspedes y ellos su parásito". Se trata de personas con una "alta inteligencia social y de comunicación y perciben a los demás como si fueran elementos de quienes sacar un beneficio" Su mayor habilidad consiste en "calar al otro en cinco minutos", lo que hace "muy difícil" su identificación. 

"Sus primeras víctimas suelen ser sus familiares, amigos, vecinos... Van desarrollándolo en la adolescencia hasta que su círculo no quiere saber nada y es entonces cuando van a por desconocidos", explica Jiménez, experto en analizar el comportamiento criminal para ayudar en investigaciones de este tipo y demostrar que ha existido daño moral. "Fingen querer, pero es solo el personaje". De ello no fue consciente Miriam hasta el sexto mes de noviazgo. 

Durante la primera etapa, Rodrigo era "el novio perfecto". "Me cocinaba, me cuidaba, dormía en mi casa y me prometía que me haría feliz". Era abril de 2013 y desde el principio creó un vínculo intenso y una montaña de mentiras bien cimentada. 

Hasta que en noviembre llegó la primera estafa. "Me pidió 1.300 euros para reformar un estudio de tatuaje porque, por su situación personal –siempre contaba alguna tragedia– no podía costearlo ¿Si tu novio te pide dinero no se lo das?", cuenta esta catalana, cuya familia no sabe nada de lo sucedido. "Se lo presté, me prometió que me lo devolvería".

Pero lo cierto es que no fue así, tampoco con la segunda transferencia, de 400 euros. La distancia emocional empezó poco antes y con ello desapariciones de varios días. "Me enamoré de un fantasma" Las dudas se convirtieron en sospechas fundadas cuando Rodrigo cometió un desliz en Facebook y publicó un post desde Barcelona cuando le había dicho que estaba en Suecia. "Me hizo sentir mal por haber dudado de él, pero necesitaba saber quién era, así que escribí a la única amiga de la que me había hablado. 

Resultó ser su prometida". Juntas tiraron de la manta, se empoderaron interponiendo sendas denuncias y se pusieron en contacto con más mujeres. "No pensé en el dinero, sino en el alivio que me dio quitarle la máscara. La sensación es que he dormido con un psicópata".

Lo más duro fue enamorarse "de una persona que no existe, de un fantasma". Las secuelas de aquella experiencia se materializaron en forma de desconfianza y una constante sensación de alarma ante futuras parejas. 

Luego te enteras de que usaba las fotos que le enviaban otras mujeres para labrarse coartadas. Es muy inteligente, qué pena que lo use para eso". Mónica, por su parte, coincidió con Albert Cavallé también a través de Badoo. "Me dijo que era modelo, daba a entender que tenía un nivel económico alto, piso grande, ropa de marca, deportivo... Un día me dijo que estaba tirado en el aeropuerto de Madrid, que no le iban las tarjetas, que sus padres estaban en el extranjero... Me pidió la mitad de mi sueldo, me dijo que me lo devolvería. Fue bastante devastador que me hiciera todo esto". 

"No aprenden cuando salen de prisión" 

"No aprenden cuando salen de la cárcel porque sus normas son las únicas válidas", dice el psicólogo Jiménez. En algunos casos, "acceden a dispositivos, a Facebook, usurpan identidades, ponen a nombre de la víctima líneas telefónicas o créditos por miles de euros, pagar hoteles de lujo..." comenta Selva Orejón, directora de OnBranding. Identifican a sus víctimas a través de apps de citas o redes sociales y las analizan. 

Quieren saber qué les gusta, tener la máxima información para engañarlas. Entonces llega la primera toma de contacto y, con ella, la hora de desplegar todos sus encantos. "Se presenta como alguien perfecto, un personaje por el que sentir atracción. Empieza la fase de adulación". Poco después solicitan las primeras cantidades. 

Las principales trabas judiciales es que ofrecen identidades falsas, de modo que las denuncias se interponen contra gente que no existe; facilitan domicilios falsos, por lo que nadie recibe las notificaciones judiciales; y también porque suelen llevarse consigo los dispositivos para borrar evidencias. Sobre este último punto da cuenta de ello el perito informático Eduardo Sánchez. 

¿Se puede detectar? 

A pesar de que no existe un decálogo sobre cómo detectarlos, los expertos alertan sobre la existencia de príncipes azules y aseguran que todavía nos cuesta entender que "la información que nos encontramos por internet es falsa". 

"Hay que aprender a ser desconfiado", dice Jiménez, sobre todo si no presenta a nadie del entorno. Ahí es cuando deben saltar las alarmas. 

La psicóloga clínica Victoria Sánchez, por su parte, arroja los siguientes consejos: 

  • Hay que ser cautos online. "Hay mucha gente que está hablando mucho tiempo por internet. 
  • Hay que intentar conocerse en un entorno seguro". Sospecha si siempre que vais a quedar o la mayoría de las veces pasa "algo". 
  • Solicitar "datos bancarios o dinero para billetes" es otro claro indicador. 
  • No aislarse. Muchas veces son los amigos y familiares quienes son conscientes de lo que ha sucedido. 
  • "Apelan a la culpa para enganchar a la otra persona". 
Selva Orejón, por su parte, sostiene que es difícil no caer en sus redes: "La gente piensa que a ellos no les puede pasar, pero cualquier persona puede ser víctima de un psicópata".

Fuente: 20minutos.es

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Estoy entre mis ganas de tener pareja y amo mi soltería.

11 frases de Mario Benedetti para un corazón roto

Divorciada, sola y feliz