¿Por qué no me quiere? Cuando el amor no depende de ti




Una de las preguntas más dolorosas a las que las personas nos enfrentamos tarde o temprano es: "¿por qué no me ama como yo lo/la amo?".

Nuestra educación sentimental, basada casi siempre en comedias románticas de Hollywood, nos ha enseñado que si nos esforzamos lo suficiente, tarde o temprano conseguiremos que nuestro amor triunfe sobre la adversidad. Sin embargo, en la vida real las cosas desgraciadamente no funcionan así. Cuando una persona no quiere tener una relación con nosotros, no importa cuánto insistamos, no hay prácticamente nada que podamos hacer para convencerlo/a de lo contrario. Y esto es algo muy difícil y doloroso de aceptar, por lo que nos aferramos y desperdiciamos tiempo y energía hasta que salimos realmente lastimados.

Lo más terrible es que cuando al fin hemos comprendido, después de mucho sufrimiento, que lo mejor es alejarnos, nos convencemos de que no debemos volver a enamorarnos para no volver a salir heridos. Pero esto es tan absurdo como empeñarnos en comer algo que sabemos que está en mal estado y después de enfermar jurarnos que no volveremos a comer nada jamás. El amor no tiene por qué ser doloroso, nosotros lo hacemos así cuando no sabemos en qué momento retirarnos y ese momento casi siempre comienza con la pregunta "¿por qué no me ama?". No importa si se trata de nuestra pareja de muchos años o de alguien con quien apenas comenzamos a salir, en cuanto la otra persona ha decidido que no quiere estar con nosotros no hay nada que podamos hacer más que aceptarlo.

Pero, ¿cómo?

El primer paso es preguntarnos por qué insistimos en una relación que evidentemente no tiene futuro, ¿es un patrón recurrente?, ¿en qué se parece a mis relaciones pasadas?, ¿siempre me va mal en el amor o siempre hago lo mismo? A partir de estas preguntas seremos capaces de asumir nuestra parte de responsabilidad: no sufro porque esa persona no me ama, sufro porque estoy aferrado a que esa persona me ame. ¿Ves cómo es distinto? El problema es que creemos equivocadamente que el amor debe ser siempre correspondido y que amar a alguien es suficiente para que nos ame de vuelta, pero esto es absolutamente falso. Se puede amar sin ser amado y admitirlo no es nada sencillo. La buena noticia es que después de haberlo admitido seremos capaces de irnos en paz y, sobre todo, de dejar ir amorosamente y sin rencores.

Fuente: Harmonia.la

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