Estado civil: Felizmente sola




Me tomo un momento para reconocer el principal amor de mi vida y me emociono y hasta me da risa, que soy yo misma, ya no me cuesta decirlo. Me lleno de orgullo de haber podido llegar a este punto en el cual sé que la relación que requiere mi mayor atención, aquella que durará para toda la vida es justamente la que tengo conmigo misma.



He pasado por muchos tipos de relaciones, no solo sentimentales, viviendo diferentes experiencias, pero teniendo como factor común que mi atención se enfocaba en la otra persona, en satisfacer sus necesidades, en complacer sus deseos, en nunca fallarle, en estar disponible, en fabricar tiempo y a veces hasta ganas… Y todo esto me costó en muchas oportunidades dejarme a mí de lado, postergarme, fallarme, alejarme de lo que yo quería.


Quizás en ese momento no me pesaba, aunque sentía que algo se rompía en mi interior y lo que luego identifiqué y tuve que reparar fue esa confianza que tenía en mí misma para hacerme feliz a mí, antes de pensar en la felicidad de alguien más, que irónicamente siempre terminaban por olvidar los sacrificios, las atenciones, el amor… Mientras que yo me alejaba cada vez de mí misma.

Recuperarme no fue sencillo, ya no sabía ni en dónde estaba, ya no recordaba lo que era importante para mí sin la influencia de alguien más, me costó, me costó muchísimo, pero ya estoy aquí, conmigo y con estas ganas enormes de cuidarme y amarme como lo había olvidado, como en realidad no sabía hacerlo.

Ahora me encuentro sola, pero no me siento sola, de hecho siento que estoy con la mejor compañía de todas, me sorprendo cada día con las cosas que descubro en mí, cosas que quizás en compañía, y menos de la manera en la cual venía priorizando, hubiese podido hacer.

Ya no le temo a la soledad, la disfruto, abrazo cada momento que me puedo dedicar a mí, que me puedo consentir, no me importa ver una película sola, no necesito arreglarme para alguien que no sea yo, no espero a usar esa ropa interior sexy hasta que alguien pueda verla, ni postergo preparar mi comida preferida, con que yo la disfrute es más que suficiente.

No espero la aprobación de nadie, si le agrado a los demás, perfecto y si no, no me preocupo, la única aprobación que me importa en este momento es la mía y aprendí a aceptarme, a quererme, a ser paciente, a entenderme y dejé atrás todos los miedos, las críticas, los desaires, las injusticias y todo lo cruel que fui. Me perdoné por las cosas que dejé de vivir y por no haber estado cuando lo necesite, me encontré y nunca más me pienso dejar ir.


Fuente: Sara Espejo – Mujer.Gurú

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