Curarte a ti mismo será la tarea más difícil de lograr pero la más importante





Siempre he tratado de plasmar en cada articulo que escribo la importancia del amor propio, y que sin él sería imposible recuperarte, pero no he profundizado en el tema y es que aprender a curar tu mente es un proceso extenso y lleno de emociones, porque cuando sanamos nuestra mente no se trata de regresar al punto inicial de partida sino de aceptar los cambios que conlleva la curación, cuando enfermamos físicamente tratamos de regresar nuestro cuerpo al estado anterior, pero con la mente definitivamente no se puede hacer eso.

No se pueden borrar las memorias, así que el proceso de curación será adaptar nuestra mente a lo vivido y con ello aceptar la realidad, tomando cada herida y dándole su espacio y su tiempo para sanar y lograr una transformación en ti.

Curarte a ti mismo requiere de un gran esfuerzo al aceptar tus errores, tu negación, tus agresiones hacia los demás y hacia a ti mismo, requiere ser honesto, enfrentando nuestros demonios internos para aprender de ellos, y es una tarea que solo tu puedes hacer, ya que nadie más tiene una idea de las batallas que cada uno lleva por dentro.



La curación ya no se trata de corregir el pasado, sino de aceptar lo que te causó, la angustia que te hizo sentir abandonarlo y sacar esas emociones que tenías dentro, aceptar que te lastimo, dejar salir todo sentimiento de dolor, ver tus miedos a la cara y dejarlos salir, porque solo cuando encaramos el miedo que nos hizo sentir la herida, cuando aceptamos el dolor que nos causo, solo entonces podremos dejarla ir y volver a sentir paz con nosotros mismos.

Me gustaría cerrar este articulo con una frase de Paulo Coelho de su libro Aleph:

Hace mucho tiempo aprendí que para curar mis heridas necesitaba tener el valor de enfrentarlas.

Quiérete te vas a necesitar, con amor:



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Estoy entre mis ganas de tener pareja y amo mi soltería.

11 frases de Mario Benedetti para un corazón roto

Divorciada, sola y feliz