Cuando tengas que irte lo sabrás, porque esa sensación no te dejará en paz


Cuanto trabajo nos cuesta irnos de un lugar donde fuimos felices.



Donde en algún momento recuperamos la alegría, nos sentimos queridos y, ¿por qué no?, protegidos; sentimos que ya nada más pasaría, que ahora estábamos en un lugar seguro y que ahí nos quedaríamos para siempre porque recibimos todo el cariño y apoyo que necesitamos en ese momento.

¿Pero sabes?, la vida siempre te pondrá en movimiento para que sigas creciendo. Es parte de ser humano, cuando haya que terminar un ciclo lo sabrás; algo dentro de ti estará inconforme, por más que quieras aferrarte a tu zona de confort y sentirte cómodo como solías hacerlo no podrás lograrlo.

Toda etapa tiene un inicio y por lo tanto un final, una Gestalt. Un ciclo que tiene que cerrarse para que puedas continuar con tu vida, crecer, construir nuevos sueños y nuevas metas para poder auto-realizarte como persona.

Comienzas a buscarle peros a todos, nada te satisface, te molestas fácilmente, lo que antes solía ser aceptado y parte de la rutina, ahora se mira diferente. Es como si de repente te dieras cuenta que mereces mucho más de lo que tienes ahora, no porque desmerites a lo que tienes en este momento, sino que tú creciste, cambiaste y necesitas nuevas respuestas, nuevos retos, mejores recompensas, que valoren, que sean capaces de ver tu esfuerzo y todo lo que haces por ser la mejor versión de ti.



Uno al principio culpa a los demás, a tu pareja, a tu jefa, a todos. Te enojas, te fastidias, porque estás luchando con tus emociones y no quieres darte cuenta que simplemente ya no eres feliz ahí, porque sabes que irte implica dolor. Sabes bien lo que es empezar de nuevo y te paraliza, así que tratas de aferrarte a lo que ya tienes para no pasar por eso.

Pero créeme ese sentimiento no te dejará en paz hasta que lo acepte. Aceptar que no es enojo, sino tristeza porque por más que quieras a las personas que están a tu lado, ya no puedes quedarte y te sientes mal por tener que irte así que tienes dos opciones:

O te aferras a lo que tienes ahora para evitarte el dolor de perder y te conformas con ello; o aceptas que esto que vives ahora ya no te hace feliz y te atreves a iniciar de nuevo.

Cualquiera de las decisiones que tomes tiene sus pros y sus contras, "cuando tenemos que elegir, también perdemos". Si decido irme pierdo la estabilidad que ya tenía, si decido quedarme pierdo la oportunidad de ser lo que deseo.



Creo que la respuesta debe estar en la ganancia. Si piensas que es lo que ganas al hacer cualquiera de las dos cosas; quedarte es preservar lo que ya tienes, irte es descubrir lo que eres. Si ninguna opción es mala cuando lo haces consciente y aceptas lo que implicará, creo que lo único que yo le pondría de condición es que lo que decidas te haga sentir feliz (es decir que te lleve al presente) y no con la tristeza (y que no te deje atrapado entre el pasado y el futuro) de que pasaría.

En mi caso, hoy elijo lo que me produce más miedo, porque sé que si me da miedo es porque está lleno de retos y nuevos descubrimientos. Creo firmemente en que detrás del miedo siempre está escondida la felicidad. ¿Qué es lo peor que puede suceder? ¿Tener que volver a empezar?  Finalmente, a eso venimos a la vida, a equivocarnos para aprender. La felicidad no es un lugar al que se llega, sino todo lo que vas sintiendo en el camino mientras transitas tu vida. 


Con amor:



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