Hoy no quiero ser fuerte, hoy solo quiero llorar


Las lágrimas que no se lloran, ¿esperan en pequeños lagos? ¿o serán ríos invisibles que corren hacia la tristeza?
Pablo Neruda



Las emociones son la forma que tenemos de externar todo aquello que nos sucede. Es importante aprender a reconocer cada una de ellas, aprender a vivirla, sentirla y dejarla ir, puesto que si no lo hacemos muchas veces solemos confundirlas y disfrazarlas. ¿Cuántas veces no hemos disfrazado la tristeza en la máscara del enojo, para no mostrarnos débiles ante el mundo, aunque por dentro colapse todo?

Hoy me gustaría mostrarte que no siempre podemos ser valientes y se vale; se vale un día no tener ganas de hacer nada, simplemente dejar que lo que tengamos dentro fluya  expresándonos a través de nuestras lágrimas, esas gotitas de agua salada que son tan sanadoras al llevarse todo nuestro dolor.

Y quiero decirte que solo por hoy, no quiero ser esa chica fuerte que lucha por todo, que le ve lo positivo a todo y no se deja derrumbar. Hoy solo quiero dejar que mis lagrimas lleguen, hacerme bolita en la cama y sentir este dolor que me carcome por dentro. ¿Sabes?, esos momentitos de melancolía que sentimos a veces sobre algo que creímos que ya no dolía son los que nos permiten recordar quienes somos, lo que nos duele y cuanto hemos vivido.



Esos momentos son permisos que nos damos para ponernos en contacto con esa emoción, es importante saber escucharla, respirar profundamente y cuestionarte a ti mismo que te sucede, que fue lo que te llevo a sentirte así nuevamente; pensar en que parte de tu cuerpo duele, hablar con tu herida y ser sincero contigo mismo, para después preguntarte: ¿Qué quieres decirme?; porque si hoy duele es porque quiere recordarte algo.

Algo que quizás no has sanado, no has llorado, no has dejado ir. Algo con lo que te quedaste del pasado y no se ha querido ir. Escucha con atención, solo deja que fluya, llóralo y deja que esa inestabilidad te de las respuestas por si sola. Date tiempo para ti, abraza tu soledad, abraza a tu yo niño que hoy tiene miedo y te necesita, recuérdale que siempre estarás ahí para él, para cuidarle; porque esa parte infantil nuestra, a veces vuelve a causa de heridas que necesitan salir a la luz para que puedan ser sanadas.

No tengas miedo de sentir esa tristeza, no estás dando paso a otras, solamente está aquí para mostrarte el camino que aún te falta recorrer. Descuida, que mañana volverás a sonreír, estarás bien, solo es un momento que necesitabas para poder seguir sanando y transformándote.

Y justo cuando te preguntes porque tienes que llorar recuerda esta frase de Stendhal:

"Muy frecuentemente las lágrimas son la última sonrisa del amor"


Estarás mejor, lo prometo, pero antes tendrás que pasar por todas tus emociones, hasta que logres entender lo que ellas tratan de decirte, con amor:

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Divorciada, sola y feliz

11 frases de Mario Benedetti para un corazón roto

Estoy entre mis ganas de tener pareja y amo mi soltería.