Hazle caso a tu intuición, jamás se equivoca
“La intuición tan solo es la suma de todas tus experiencias.”
JO NESBØ
La intuición
es esa vocecita interior que nos alerta sobre lo que sucede a nuestro alrededor y
puede hacernos daño. Aunque no debemos de confundirla con nuestras inseguridades que
nos hacen desconfiar de los demás.
Es decir, las inseguridades
generalmente nos hacen pensar que "el otro me va engañar", "que no
soy bonita", "que nadie puede quererme", etc., mensajes
negativos de nuestros propios miedos. Pero la intuición, es esa sensación que se
siente en el estómago, en las manos, en todo el cuerpo cuando algo que vemos o escuchamos nos hace sentir en peligro, nos pone alerta; el cuerpo no miente, esas sensaciones están
ahí para protegernos del daño que los demás pueden hacernos.
Sucede que muchas veces el miedo no nos deja ponerle atención y la ignoramos. Pero a pesar de eso, el hueco en
el estómago no desaparece, solo lo anestesiamos, aún cuando sabemos que realmente algo no está
bien.
Recuerdo que antes de que mi
relación terminara, muchos meses antes, comencé a tener un sueño muy recurrente. En el sueño yo trataba de llamarle por teléfono a mi pareja y no lograba hacerlo, trataba de recordar su número, pero mi mente solo podía recordar los últimos dígitos
de su teléfono así que nunca lograba llamarlo. Fue un sueño que duro meses; cada
vez que me despertaba sentía miedo, angustia, pero no decía nada, solo lo
dejaba y seguía mi vida.
Luego comencé a sentir más y más,
pero yo ni si quiera me detenía para hacerlo consciente. Según yo, todo estaba
perfecto, aunque había cosas que no iban nada bien, no podía verlas, o al menos
eso creía. Incluso una vez así sin meditar se lo pregunte a mi pareja, solo
dije: ¿está todo bien?, él se burló de mí y me dijo que sí, que estaba loca.
Tiempo después cuando mi
relación terminó, me enteré que mi ex-pareja salía con alguien más. Al hacer
un acto de conciencia me di cuenta que yo siempre lo supe, pero me daba tanto
miedo perderle que no quería aceptarlo. ¡Vamos!, después de tantos años claro que
te das cuenta de los cambios en el otro, pero estás tan ocupada tratando de
tapar el sol con un dedo que solo te mientes a ti misma.
Me pregunte a mí misma: ¿cómo
no pudiste verlo? ¿estabas tan ciega? Él incluso una vez me pregunto que, qué pasaría conmigo si él me dejaba, que si creía qué podía seguir adelante. ¿De
verdad? ¡¿Cómo pude hacerme esto yo sola?!
Cuando finalmente pude atar
todos los cabos, fue como un año después de estar separados. ¡Wow! demasiado
tiempo, la relación había terminado, pero yo seguía en el mismo
punto, sin entender nada. No fue hasta que vencí mis miedos y me puse en contacto con
lo inevitable, el dolor, que me di cuenta que siempre lo supe. Sabía que él ya no
me amaba, todo mi cuerpo me lo gritaba, pero tenía tanto miedo de perderle que
preferí negarlo mil veces antes de soportar el dolor de irme.
Después de poder ver el
dolor desde afuera, puedo decirte que silenciar tu voz interior es la cosa más
dolorosa que puedes hacerte a ti mismo. Es como quitarte tu valía y quedarte a
la espera de alguien más, esperando que te quieran porque tú mismo no puedes
hacerlo.
No escucharte a ti mismo es
como romperte el mil pedazos para evadirte. No hay nada más doloroso y cruel
que eso, ni si quiera la perdida de tu ex-pareja duele tanto como perderte a ti
mismo por miedo a perder. ¿Irónico no? pero así se ve desde afuera,
desde adentro no eres capaz de reconocerte.
Por miedo a perder, por poco me
pierdo a mí misma; sin embargo, mi miedo no fue tan grande como yo creía y solo
cuando lo vi a la cara pude enfrentarlo. Me enseño que puedo querer mucho a
alguien, pero si mi intuición me dice que ahí no es, no tengo miedo de dejarlo
ir, pues mi paz interior jamás volverá a ser negociable.
Sigue tu intuición y el universo entero te mostrará el camino.
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