Ese amor no correspondido fue el impulso que yo necesitaba para volverme a levantar

 


Pensaba y pensaba... 

Y no lo entendía, ¿cómo era posible? 

Yo me enamore enteramente de ti, traté de darte todo de mí, de hacerte sentir todo esto que tú me provocas, este ardor y este amor enloquecido por ti, y, aun así, nada fue suficiente, nada logró hacer que tú me amaras, y dentro de mi sentí que algo se quebraba cuando lo acepté.

Al principio, no lo niego, te culpé, busque todas las formas de hacerte responsable por no poder corresponderme, incluso pensaba que algo estaba mal en ti, que no sabías amar, o que simplemente eras un tonto por no quererme. Te odie, hablé mal de ti con mis amigas, les dije que eras un cobarde que le tenía miedo al compromiso y que me perderías.

Pero, nunca me he considerado alguien superficial que solo mira por su beneficio y se olvida del otro, así que mi propio criterio me llevó a profundizar en mis emociones, en lo que estaba sucediendo y pensar en que probablemente había cosas que no estaba reconociendo en mí y estaba tratando de evitar.

Entonces, reflexioné que al inicio de todo esto me dijiste que no querías una relación de pareja, que no podías ofrecer eso, yo lo acepté sin problema, diciendo que no tenía tema con eso y que también buscaba algo así, pero dentro de mí siempre estuvo la esperanza de que un día lograría que te enamoraras de mí, pensaba que solo estabas asustado y al final me amarías.

No podía aceptar que deseabas cosas distintas a las mías, y quería que te convirtieras en lo que yo esperaba del amor, así que decidí dar lo mejor de mi para enamorarte, para convertirme en aquella mujer de la cuál tú te enamoraras profundamente.

Así que me puse a trabajar en ello, en mejorar mi aspecto físico, en trabajar en mi crecimiento personal, profesional, todo aquello que yo creía que te impresionaría, en un par de años hice cambios radicales un poco esperanzada en que me mirarías con otros ojos, y por otro lado porque realmente lo estaba disfrutando...

Y un día, buscándote como siempre solía hacerlo, no estabas disponible, desapareciste unas semanas como solías hacerlo, y me di cuenta de que nada, absolutamente nada había cambiado, la única que había cambiado en medio de todo esto fui yo, por suerte los cambios que había hecho para gustarte me acercaban más a mí que a ti, me di cuenta de que había logrado muchas cosas que antes ni siquiera consideraba, sin embargo, ninguna de ellas hizo que tu voltearas a verme.

Así que decidí preguntar: ¿por qué no quieres estar conmigo? Y la respuesta no la veía venir, me dijiste que no tenía que ver conmigo, sino con tu vida que ahora era un caos y no había espacio para una relación y lo que menos querías era lastimar...

Entonces entendí mucho, entendí que las personas tienen planes y proyectos muy diferentes que no por ser distintos significa que estén mal, pero cuando estamos tan obsesionados con lograr algo somos nosotros mismos los que nos volvemos dañinos y nos aferramos a personas que no quieren estar. No porque tú seas menos, porque valgas menos, ni porque no seas deseable, simplemente porque ellos tienen otros planes para su vida.

Y no, no me arrepiento de haberme enamorado, creo que ese amor no correspondido fue el impulso que yo necesitaba para volverme a levantar, para volver a tomar ese impulso, ese deseo de vivir, y hoy ser esta versión mejorada de mí.

Porque finalmente, el amor es aquello que siempre nos impulsa a vivir, sin importar la forma en que se presente, siempre tiene algo hermoso que dejarnos si sabemos mirarlo, sin juicio, y sobre todo haciéndonos cargo de nuestras propias emociones, sabiendo que los demás son libres de mirar en la dirección que más los acerque a sí mismos, al igual que podemos hacerlo nosotros mismos, con amor:


 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Divorciada, sola y feliz

11 frases de Mario Benedetti para un corazón roto

Para curar una herida, debes dejar de tocarla