Un día dejé de mirar la puerta y esperar que volvieras.

 


Un día de repente dejé de mirar la puerta y esperar que volvieras. Dejé de esperar tus mensajes, o que me llamaras; no porque me cansara de quererte, no porque fuera cobarde, lo hice porque me di cuenta de que hiciera lo que hiciera tu ya no volverías. 

Son incontables las noches que pasé en angustia, tratando de acomodar en mi mente la manera de volver contigo, tratando de entender porque te habías ido, tratando de justificar tu partida, pero nada, nada en absoluto podía hacer que las cosas fuesen diferentes ni que me quisieras de la misma forma que yo lo hacía.

Simplemente me cansé. Me cansé de tener un hueco en el estómago todas las noches, de mirar mi teléfono, de dejar todo en pausa, de posponer mi vida por si tú regresabas.

Me costó muchas lágrimas y noches de angustia, de llamadas en la madrugada a mis amigos, pero lo hice, tomé valor, tomé mi dignidad y dejé de esperarte. Al principio con una pequeña esperanza en mi corazón, pero con los golpes de la realidad poco a poco se fue perdiendo esa pequeña esperanza.

Me senté un momento en medio de mi soledad, toqué mi corazón y recogí mis lágrimas, me pregunté a mí misma porque estaba siendo tan difícil dejarte ir, porque no podía aceptar que ya no me querías, incluso porque había puesto en suspenso este escrito, y un día en medio de mi tormento lo entendí, me di cuenta que no quería dejarte ir porque me sentí muy feliz a tu lado, porque disfrute tanto tu presencia que era inevitable que no doliera tu ausencia, y tenía miedo; miedo de no volver a sentir con nadie lo que pude sentir contigo, miedo de que nadie me tratara con tanto amor y cuidado como lo hiciste tú, tenía miedo de perder ese lugar donde me sentí profundamente cuidada.

Y no voy a mentirte, aunque hoy pude cerrar la puerta y dejar de esperarte todavía tengo miedo, todavía temo no encontrar a esa persona que me quiera tanto como yo deseo, pero aún en medio de mi miedo tengo clara una cosa, y es saber que si tú me miraste con tanto cariño es porque lo valgo, es porque hay cosas muy valiosas en mí que me hacen elegible, y sé que, si no eres tú, será alguien más, pero no tengo duda alguna de todo el amor que merezco.

Mi consejo para ti que lees esto es que no temas dejar ir a alguien a quien amaste tanto por miedo a no volver a encontrar alguien igual, porque definitivamente no encontrarás a alguien igual pero no significa que no encontraras un amor a tu medida, uno con el que sí puedas construir un futuro a su lado, lo mereces, pero para que suceda primero debes de sentirte merecedor de un gran amor...

con amor: 




 




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