¿Cómo pasamos de ser todo a nada?



Y si vas a salir de mi vida, sólo te pido una cosa. Una vez que te hayas ido y veas que estoy bien, no te atrevas a volver. 
Mario Benedetti



¿Cómo pasamos de ser todo a nada? Solo leerlo genera un hueco en el estómago cuando tenemos una herida abierta. Dejar ir a un compañero de ruta genera un dolor inmenso, pensar en que ya no estará más en mi vida me causa un vacío, un no saber cómo continuar, es sentir que pierdes tu centro. Después de tantos años recorridos a su lado, tendemos a creer que somos uno mismo, muchas veces nos olvidamos de lo que somos y nos convertimos en una mutación con él otro. 

¿Y cómo no ha de doler, si depositamos en el otro nuestro futuro? Toda una vida planeada a su lado, pensando en cada detalle, hasta para hacer el super; ya no compramos lo que solíamos comprar, sino que compramos pensando en el otro, en lo que le gusta y como sorprenderle. Hace mucho tiempo leí una historia en "el camino de las lágrimas" de Bucay; lo transforme en lo que yo sentía para poderlo entender y hoy quiero compartírtelo a ti, desde mi perspectiva:

Ese dolor de la perdida es como estar en un sueño hermoso y esté se transforma en una pesadilla; donde voy en bicicleta de color verde en un camino muy largo para ganar una carrera, en el camino me encuentro a un compañero en una bicicleta azul y corremos los dos juntos en la misma dirección. Entonces el camino comienza a hacerse más ameno, yo me siento tan a gusto con mi compañero que en un momento me olvido del objetivo de la competencia y me centro en el otro. Comenzamos a cuidar uno del otro, a enseñarnos cosas que el otro no sabe sobre las carreras, nos compartimos todos los trucos que sabemos, e incluso en algunos momentos se me olvida que estoy en una competencia.



Comienzo a bajar la velocidad, tanto que a veces hasta dejo de ver el camino porque sé que el otro va a mi lado y me puede guiar; él hace lo mismo en algunas ocasiones. Bajo la guardia por completo, puedo ver a otros pasar por delante de nosotros y no me importa. Me siento tan afortunado de ir al lado de mi compañero que la competencia no me interesa más, al grado de que se me olvida que mi bici era de color verde y la del azul y siento que ambos somos una sola bicicleta color azul.

De repente en un momento, confiada en que mi compañero va vigilando el camino, no presto atención y me voy directo a un barranco. Mi bicicleta queda completamente dañada al igual que yo; tengo algunas heridas, pero no me importa, ni siquiera me duelen. No tengo una idea de donde sale una fuerza impresionante dentro de mi que logro salir del barranco con uñas y dientes; lo primero que hago es salir en busca de mi compañero para ver que no le pasará nada pero no encuentro rastro de él.  Entro en angustia y después de horas y horas de búsqueda me doy cuenta que ni siquiera hay vestigios de que también se accidentara,  entonces empiezo a atar cabos,  termino dándome cuenta que él se ha ido y no va a regresar.

Me pregunto ¿cómo? ¿no se detuvo a ver si yo estaba bien?, pero si yo era lo más importante para él, o al menos eso era lo que yo creía; pude haber muerto y él solo se fue. Tardo un tiempo ahí atrapada en mi pensamiento, tratando de entender como el otro pudo seguir sin mí, hasta que....

Mis heridas comienzan a sangrar y me percato de que necesito ayuda, porque he perdido tanta sangre que comienzo a perder el sentido. Solo hasta ese momento soy capaz de pedir ayuda.



Estaba tan ocupada yendo a buscar al otro, en entender porque me hizo esto, que me olvide de mi...

Curioso, quería saber porque el otro me había hecho daño, mientras me lo hacía a mí misma. Entonces lo entiendes todo, no puedo saber porque el otro ya no quiso estar más a tu lado, esa parte de la historia ya no te pertenece más a ti. Desde el momento en que te dejó ahí tirada en el abandono y no le importo si estabas bien o mal, lo que debes de tener bien claro, es porque te vas a ir tú, pues nadie que diga quererte te haría algo así.

El amor siempre comienza desde uno mismo, tú ya tenías una bicicleta de color verde, no tienes por qué ser una bicicleta azul para encajar con el otro. Así que la próxima vez que inicies una relación recuerda que no tienes que perder tu color, ese solo es tuyo y el otro solo será un compañero de ruta mas no el responsable de tu camino. Ya nacimos enteros, disfruta del amor de pareja, pero no olvides que la meta lleva más compañeros, como tus amigos, tu familia, tu pasión por la vida; y si un día esa relación se acaba no sientas que te quedaste sin nada. 


Con amor:

Comentarios

  1. Tan cierto que duele,
    Tan oscuro que somete
    Y tan claro que entiendes ❤️❤️🥰
    Tremendas referencias..
    Soy tullo hazme un hijo jajaja
    Me gustó leerte👍, buenas vibras siempre

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  2. Me encanto como haces la comparación con una ruta en bicicleta, sola, después con compañía y hasta que te das cuenta que el enamoramiento te hizo perder parte de la noción de ti misma.

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  3. Gracias por esa hermosa reflexión....la pondré en práctica 😔

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