La forma en la que se van, te lo dice todo
Y fue su silencio el que me dio todas las respuestas Víctor de la Hoz Habíamos terminado, él me dijo que no me amaba más, mi corazón se partió en mil pedazos, tuve días enteros de lágrimas, pero no, no eran lágrimas de tristeza eran lágrimas de una espera; esperaba por él, no podía aceptar su respuesta, no podía creer que él había dejado de quererme, llámalo ego, miedo, tristeza, no lo sé, tal vez solo era la negación de mi duelo. Lo espere mucho tiempo, sí. Solía quedarme en la sala por horas con un café en la mano, tratando de sentir calma y cada vez que la reja se abría me levantaba de un golpe esperando que fuera él. Debí repetir esa escena al menos 100 veces, imaginaba una y otra vez lo que le diría para perdonarlo. En todos mis pensamientos le hacía ver que no importaba cuanto fallo, yo lo aceptaba de vuelta. Sin querer cuando me di cuenta habían pasado 2 meses, y yo seguía ahí esperando por su regreso, en un estado de espera permanente. Había congelado mi